TODA UNA VIDA DEDICADA A REFRESCAR ISLA CRISTINA Y DAR A CONOCER JIJONA
En Isla Critina hay heladeros jijonencos desde hace más de 50 años, nosotros nos incorporamos a finales de los noventa buscando un porvenir mejor en lo que nos gusta como casi todos los heladeros. Ahora Isla Cristina ya forma parte de nosotros, además de ser socio de FC, hasta en alguna letra de comparsa de Carnaval nos han nombrado alguna que otra vez con alegría y cariño. Conocemos bien las dos ciudades, sabemos lo que las iguala, la cercanía con el mar, por ejemplo. Y lo que las distingue porque Isla es mar y Xixona es montaña con vistas al mar. Por eso siempre cuento a quien quiera oírme lo maravilloso que es mi pueblo de origen, también obsequiamos con alguna barra de turrón como muestra. Y hablamos de las fiestas de Moros y Cristianos, tanto que en alguna ocasión ha venido a Xixona gente que estaba en Alicante de vacaciones y se han desplazado al pueblo por mis recomendaciones. Siempre les digo que, sabiendo el sabor que tiene el turrón de Jijona, ya saben el encanto que puede haber en Jijona… es un pueblo muy dulce que huele a miel y almendra.
LAS RECOMENDACIONES DE GUILLERMO PARA PROBAR LO MEJOR DE JIJONA
Recomiendo que Jijona se vea y, sobre todo, se pasee. Pasear por las sendas de las distintas montañas que hay disfrutando de las maravillosas vistas es un placer. Cuando estoy en Jijona es mi actividad preferida y salgo todos los días yo solo por las sendas más cercanas al pueblo: el río Coscó, la Font de Nutxes, etc. Cuando voy acompañado de la familia me aventuro en senderos más largos, desde el Barranc de Salines hasta el Forat de La Penya en Jijona hay unos contrastes impresionantes. Esas caminatas siempre son mejores cuando terminan comiendo con la familia en cualquiera de los restaurantes de Xixona.
Y ENTRE TODA ESTA VARIEDAD, ¿CUÁL ES EL MOMENTO MÁS DELICIOSO PARA GUILLERMO?
Cuando sales bien pronto a pasear y el rocío de la mañana cubre las plantas no puedes evitar tocarlas y sentir su frescor. Es especialmente bonito durante el invierno y la primavera, cuando los almendros están en flor con sus colores blancos y rosas que te envuelven. Miras las ramas y te das cuenta que ¡eres testigo del nacimiento de la almendra! Cuando termino mi senderismo de cada día suelo irme hasta el castillo y me sitúo debajo de la torre grossa.. para relajarme con las vistas, la paz y la tranquilidad…