Jijona es un municipio especial. Cuna del turrón, pero también del helado artesano, celebra dos veces al año sus fiestas de Moros y Cristianos. La primera, en verano – en agosto-, y la segunda, en octubre, cuando los centenares de heladeros que regentan todas las heladerías jijonencas que hay repartidas por nuestro país vuelven a casa.
Estas fiestas nacieron en 1978 y se celebraban inicialmente en el mes de febrero pero, hace tres años, se pasaron al mes de octubre para aprovechar mejor el buen tiempo que todavía hace en la provincia de Alicante. Así, será los próximos días 20, 21 y 22 de octubre cuando quienes han estado haciendo helado por toda España salgan a la calle a disfrutar de los festejos.
Las fiestas son prácticamente idénticas a las que se celebran en la época estival, con la salvedad de que el emblemático acto del Moro Traidor –que este año ha alcanzado el siglo de historia- se sustituye por otro satírico que se conoce como “Embajada humorística del helador” y en el que se realiza un repaso a la actualidad de Xixona, sin olvidar los temas de interés general, que se cuentan desde un punto de vista irónico.
Otra característica singular de las fiestas de los heladeros jijonencos es el tradicional reparto de helados a todos los asistentes, sin duda, un gesto dulce de parte de quienes se han dedicado a refrescarnos durante todo el verano con sus productos artesanales.
Pero, sin duda, como en toda fiesta de Moros y Cristianos que se precie, el momento más importante es la Entrada de las cuatro comparsas, dos por cada bando, en la que se mantiene la importancia de la música, el colorido y la pólvora.
¿Os animáis a conocer unas celebraciones diferentes?