Puesto que los heladeros no pueden participar en las fiestas patronales de la ciudad que tienen lugar en la época estival, desde 1978 se celebran las fiestas de Moros y Cristianos de los Heladeros. De entre todos los actos destaca la Ofrenda Floral a Nuestra Señora de la Asunción, en la que las mujeres van ataviadas cada una con el traje típico de la población en la que tienen sus negocios.
Cada año, los fabricantes de helados de Jijona vuelven a su pueblo natal para celebrar, a imagen y semblanza de las Fiestas de Moros y Cristianos de Agosto, una gran fiesta popular que les devuelve a sus orígenes.
Las Fiestas de Moros y Cristianos de los Heladeros desarrollan los actos más importantes de las fiestas de Agosto. Si bien es cierto que tienen algunas singularidades respecto a las fiestas de Agosto, como por ejemplo, la “Entrada del Heladero” y la “Ofrenda al Heladero”, y que no escenifican algunos de los actos más destacados (Embajada Contrabandista, Embajada del Marino o el Juicio del Moro Traidor), las Fiestas de los Heladeros tienen la misma estructura que las fiestas patronales de Agosto, con la conocida Trilogía Festera.
Vienen a ser una representación en tres actos del tradicional enfrentamiento entre moros y cristianos, en el que los participantes se dividen en dos bandos, y a su vez, dentro de cada bando, en diferentes comparsas.
TRADICIÓN HELADERA EN JIJONA
El pueblo de Jijona es mundialmente conocido por sus deliciosos turrones. La industria local está basada en la producción y distribución turronera. Ahora bien, la estacionalidad de este producto, concentrada en los meses anteriores a Navidad, hizo que muchos jijonencos decidieran emigrar durante los meses de verano para dedicarse también a la producción de los helados, y así poder vivir el resto del año.
La historia explica que fue durante la década de los años 70, en un momento de plena expansión del sector del helado, que muchos productores, al no poder participar en las fiestas patronales de verano por estar trabajando fuera de la población, promovieron la creación de unas fiestas de Moros y Cristianos de invierno, conocidas como “la Fiestas de los Heladeros”.
Esta singularidad ha hecho que sea la única población del País Valenciano que tenga dos celebraciones de Moros y Cristianos.